En la mesa, mi corazón charla con el Amor, la Conciencia, el Discernimiento, el Arrepentimiento y el Deseo. Yo desde la ventana miro. ¡Tantas ideas reunidas! ¿Cómo se pueden tolerar unas a otras siendo tan diferentes? Mientras las miro, veo que hacen un trato entre ellas. Ellas juran necesitarse unas a otras y prometen permanecer juntas. Pero escucho algo- el Corazón le dice al deseo: “Como TU eres la única aquí capaz de hacernos querer para mal, debes estar pajo tutela.” El Deseo miró al Corazón enojado y dijo que eso no era justo pues lo hacía diferente a lo demás. El Amor le dijo al deseo que el Corazón tenía razón. El Deseo decidió marcharse y prometió que por traicionarlo de esa manera haría ambas: el bien y el mal. Todos en la mesa se levantaron para intervenir pero Conciencia alzo la voz, “Dejen a Deseo ir, él volverá como dijo, para bien y para mal. No tengan miedo a las consecuencias de esto.” Todas miraron a Conciencia. Deseo también la miro, estaba sorprendido pues ella era su mejor amiga.
Se marchó Deseo.
Todos quedaron en silencio. Arrepentimiento dijo preocupada, “Vamos tras Deseo, debemos reflexionar más sobre esto.”
“No temas Arrepentimiento,” dijo Conciencia, “Yo amo a Deseo y lo conozco. Estoy embarazada de él. Tendré la cría y la llamaré Soledad. Sé que será la solución para el mal que generará Deseo. Cada vez que él quiera querer con nosotros algo se encontrará con Soledad... Verá que es hija suya y sentirá por ella lo mismo que yo sentiré. Si decide hacer mal, la culpa lo hará sufrir. Su acción será su tormento, si es para mal.
En la ventana estaba Deseo escuchando a su amada. Sollozado, partió. Se encontró en el portón a Dolor, hermano de Amor. Dolor le dice, “te haré compañía a donde vayas.” Y así Deseo continuo su travesía.
Toda su vida Deseo lamentó no haber estado con Soledad y haber escogido estar con Dolor.
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